Por Yomaris Rodríguez
Nos hemos convertido en las cuatro mosqueteras, en las cuatro amigas, en las cuatro “locas” que no paran de reír cuando se juntan. Pero no siempre fuimos cuatro. Aquí les cuento la historia de esta hermandad, que precisamente luego de cuatro años de sueños, de intención, de deseos por viajar juntas, finalmente lo logramos y podemos decir: “¡El viaje salió del chat!”. Esta es la Historia de camino de Linette, Jackeline, Ana y Yomaris (yo).
En septiembre de 2021, precisamente celebrando el cumpleaños de Linette, nos emocionamos tanto con la idea de viajar, que Ana solicitó su pasaporte inmediatamente, pues es la que dice sí a todos nuestros inventos. Esa intención de travesía quedó en nada y ya cuando coqueteábamos con la idea de irnos a explorar mundo, nosotras mismas y hasta los esposos nos relajaban con que eso se quedaría en WhatsApp.

Cumpleaños de Linette en 2021, cuando comenzamos a soñar con viajar juntas.
Esta vez, en abril de 2025, Jackeline propuso celebrar en octubre el cumple 50 de Linette y los 43 de Ana, haciendo turismo interno en Puerto Rico. Comenzamos a mencionar hoteles y se me ocurrió buscar boletos de avión económicos. Les compartí las tarifas y sin pensarlo mucho nos pusimos de acuerdo y compramos los pasajes por Arajet ($190.29 por persona, ida y vuelta), para irnos en octubre a Punta Cana, República Dominicana.
Inmediatamente, Temu se volvió nuestro aliado, justo antes de la aplicación de los famosos aranceles de Donald Trump. Compramos las mismas camisas de rayas, mochilas y pijamas -todas en diferentes colores- por $33.76 cada una. Entonces, vino el dilema de lo que podríamos llevar en las pequeñas mochilas de 15x7x9 pulgadas y 13 libras de peso, que permite Arajet como artículo personal, para no pagar equipaje. Ellas nunca habían viajado solo con un bulto y relajábamos que cargaríamos artículos en los bolsillos. Pero se ajustaron y logramos lucir ajuares distintos para cada día.

Quedamos fascinadas con nuestras mochilas.

Felices por comenzar la aventura.
Pausa para una confesión: antes de esas compras, fuimos a Marshall’s a ver mochilas y lo único que encontramos que diera las medidas requeridas fueron unos bultos de ruedas de niñas de Hello Kitty. Sí, señores, los compramos. Pero Temu nos salvó de esa locura y los devolvimos. Continuemos…

Adquirimos estas maletas de Kitty, pero luego entramos en razón y las devolvimos.
Ya en el aeropuerto de San Juan, Puerto Rico, las risas comenzaron en el TSA, cuando nos dijeron que estábamos rayadas, que parecíamos un semáforo porque una camisa era roja, otra amarilla y una tercera verde. La gente nos miraba y nosotras felices en nuestra complicidad viajera. Hasta en inmigración en Punta Cana fuimos las últimas en salir, ya que la oficial quedó encantada con nuestras camisas y mochilas, contándonos que ella también es fan de Temu. En fin, que se puede viajar con un presupuesto limitado, sin dejar de gozar y vestir como deseas. Es cuestión de planificar con astucia.

Triunfamos con nuestras mochilas, sin tener que pagar extra por equipaje.
Pero qué tal si viajamos al pasado. Linette y yo nos conocemos desde los cinco años de edad, cuando ingresamos a kínder en el colegio. Luego entró Jackeline, en sexto grado. ¡Vayan sumando! En esos años se añadieron varias amigas al clan, con quienes salíamos a estudiar a la biblioteca de la Universidad del Sagrado Corazón, que nos quedaba cerca del colegio; hacíamos pijama party en nuestras casas; íbamos al Viejo San Juan, a la playa en Condado… En fin, salidas propias de la edad. Y ni hablar de los preparativos de la fiesta de graduación, pues Jackeline fue la presidenta de la clase, Linette la tesorera y yo creo que era una de las vocales. Por lo tanto, estábamos para arriba y para abajo en el famoso auto Chevrolet de Jackeline. ¿Qué si gozamos en esa época? Por supuesto que sí.

De izquierda a derecha: Linette, Yomaris y Jackeline, en la habitación de esta última. Aquí tendríamos alrededor de 16 años.
Entramos a las universidades, luego los trabajos, las profesiones y lo propio de la adultez. Fuimos a las bodas de unas, a fiestas de otras, bautizos, cumpleaños y con el pasar del tiempo unas nos veíamos más que otras. Sin embargo, no importa el tiempo transcurrido cuando nos reencontrábamos, era como si el tiempo no hubiese pasado, entre abrazos, risas, historias y ponernos al día.
Entonces, ¿cuándo se sumó Ana a la ecuación? La menor del grupo comenzó a trabajar con Linette en 2004 o 2005. Yo también estaba en ese lugar, y luego Ana pasó a mi área de trabajo. Así fue la cadena, las tres trabajamos en el mismo sitio. Linette se mudó a Estados Unidos y allá fue a visitarla Ana. Luego de un año, Linette regresó a Puerto Rico, vuelve a nuestro lugar de empleo de aquel entonces y con el tiempo, Ana pasa oficialmente a completar este cuarteto.

Esta imagen es de hace unos 20 años, cuando Linette vivió en Fort Lauderdale y Ana fue a visitarla. Ellas son las cafeteras del grupo. Nunca pierden oportunidad para degustar un buen café.

El tiempo pasa y nuestra amistad permanece.
Nacieron los hijos y hasta nietos, y el viaje finalmente “salió del chat”. Fueron tres días intensos, a media hora de Puerto Rico en avión para poder aprovechar el tiempo. Volamos a Punta Cana, a 30 minutos del área del municipio de Higüey, de donde es la familia de Jackeline. ¡Fuimos a conectar con sus raíces! Visitamos en el campo la casa de su abuela Angélica (QEPD), la cual conserva su familia, donde ella vivió temporadas y adonde regresaba a gozar las vacaciones de verano con sus primos.

Jackeline reviviendo su niñez.
En esta travesía vivimos otra cara de República Dominicana, dejando atrás los hoteles todo incluido, para admirar sus tierras, sus campos, sus colores, su gente humilde y plasmar una huella en nuestras memorias. Aún estando allí, no podíamos creer que lo hubiésemos logrado.

La casa de su abuela Angélica es conservada por la familia.

Nos alojamos en la elegante propiedad Sunville, by Juan Peña.
Octavio, el hermano de Jackeline y su esposa Kleyvis nos abrieron las puertas de su villa. Él nos sirvió de chofer y guardaespaldas, y ella preparó una elegante celebración de cumpleaños, velando hasta el mínimo detalle, donde nos acompañaron varias primas de Jackeline, con quienes corría de niña por esas montañas.

Festejamos por lo alto el cumpleaños de Ana y Linette, gracias a Jackeline, Octavio y Kleyvis.
También, recorrimos un poco de Higüey y hasta tomamos una excursión en buggy.

¡Como gozamos en el buggy!

Disfrutamos tres días intensos y emocionantes.
¿Qué nos llevamos de nuestro primer viaje? Risas, carcajadas, felicidad, hermandad y el anhelo de volver a lograr que nuestro próximo viaje salga del chat. ¡Ah! y también cientos de fotos en nuestros celulares y en el famoso chat, titulado Rumbo a Punta Cana.

Las risas y las carcajadas siempre son parte de nuestros encuentros.

Logramos hacer una foto estilo Pinterest.
Espero que nuestra historia inspire a esas amigas y amigos, que anhelan viajar juntos, a finalmente concretar esa idea comprando boletos de avión, de trenes, de buses y poder decir: “¡El viaje salió del chat!”.

Brindemos por la amistad genuina y la felicidad.












































































