Había pasado la hora del almuerzo, salía de entrevistar a la banda española DVICIO y estaba guiando de camino a la oficina. El hambre hacía estragos en mí y como tenía poco tiempo me detuve en un quiosco en la carretera #1, kilómetro 182 en Río Piedras, Puerto Rico.
Solo tenía $4 en efectivo, pedí un taco de $2 y una botella de agua de $1. El caballero lo echó a freír y vi un pionono que costaba $3. Le dije: ¿puedo cambiarlo por el taco? Y me dijo: «No se preocupe, se lo voy dar también». Yo muy apenada le dije: no, bendito, solo el pionono y el agua. Y me contestó: «Las manos que dan esperan»; «Una mano lava la otra y las dos lavan la cara».
Wow! Quedé impactada con los refranes y la humildad de este señor, llamado Víctor Mercedes, quien muy orgulloso me resaltó que su apellido «es bien dominicano» porque él es de Higüey, cerca de Punta Cana, muy visitado por turistas en República Dominicana. En fin, que hay gente buena, no perdamos la esperanza, como bien dicen: «hoy por ti, mañana por mí». Los que son de Puerto Rico si ven a Víctor ¡me lo saludan!
Wow, que tremendo que todavía existan personas así, Dios lo bendiga
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Así es, Miguel. Como dicen por ahí: los buenos somos más. Gracias por comentar y seguir nuestras historias porque todos somos parte de alguna manera de historias de camino.
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